viernes, 18 de julio de 2014

8 Cosas que debes recordar cuando algo va mal



Por:  Josefa Del Real

La felicidad no es la ausencia de problemas, sino la habilidad de lidiar con ellos. Imagina todas las cosas de las que serías capaz si no estuvieras tan preocupado. Siempre toma en cuenta lo que tienes, en vez de lo que has perdido. Lo más importante no es lo que el mundo te quita, sino cómo utilizas lo que te queda.

Aquí van algunos recordatorios que te motivarán cuando más lo necesites:

1. El Dolor Es Parte De Crecer:  A veces la vida cierra las puertas porque es tiempo de seguir adelante. Lo que es bueno, porque a menudo no nos movemos sin que las circunstancias no nos obliguen. En tiempos difíciles recuérdate a ti mismo que el dolor no viene sin un propósito. Cada logro requiere de una lucha digna para llegar ahí. Las cosas buenas toman tiempo. Sé paciente y positivo. Todo tiene solución, quizás no de manera inmediata, pero con el paso del tiempo así será.

2. Todo En La Vida Es Temporal:  Cada vez que llueve, deja de llover. Cada vez que sales herido, te sanas. Después de la oscuridad siempre sale el sol. Recuerda eso cada mañana, nada dura para siempre.

Así es que, si las cosas están bien ahora, disfrútalo. No durará para siempre. Si las cosas van mal, no te preocupes, porque tampoco durará para siempre. Solo porque la vida se pone algo complicada, no significa que no puedas sonreír. Solo porque algo te está molestando, no implica que no puedas alegrarte. Cada momento es un nuevo comienzo y un nuevo fin. Cada segundo te regala una segunda oportunidad. Sólo tienes que aprovecharla y dar lo mejor de ti.

3. Preocuparse Y Quejarse No Cambia Nada: Aquellos que más se quejan, son los que menos logran. Siempre preferible intentar hacer algo grande y fallar, que simplemente no intentarlo. No todo está perdido si fallas; está perdido si no haces nada más que quejarte al respecto. Si crees en algo, sigue intentándolo. No dejes que las sombras del pasado oscurezcan las puertas del futuro. Pasar el día quejándose acerca del pasado no hará más brillante el mañana. Deja que lo que has aprendido mejore tu vida. Haz un cambio y no mires atrás.

Independientemente de lo que pase en el camino, recuerda que la verdadera felicidad empieza a llegar sólo cuando dejas de quejarte acerca de tus problemas y empiezas a ser agradecido por todos los problemas que NO tienes.

4. Tus Cicatrices Son Símbolo De Tu Fuerza: Nunca te avergüences de las cicatrices que la vida te ha dejado. Una cicatriz significa que el dolor ha pasado y la herida está cerrada. Significa que has doblegado el dolor, aprendido una lección. Has crecido fuerte y has seguido adelante. Una cicatriz es el tatuaje del triunfo del que debes enorgullecerte. No permitas que las cicatrices te hagan vivir con miedo. No puedes hacerlas desaparecer, pero puedes cambiar la forma en que las ves. Puedes empezar a ver tus cicatrices como una señal de fuerza y no de dolor.

5. Cada Pequeña Lucha Es Un Paso Adelante:  En la vida, la paciencia no es esperar. Es la habilidad de mantener una buena actitud mientras trabajas duro para alcanzar tus sueños. Esto significa perder estabilidad y comodidad por un tiempo. Puede significar no comer o dormir como estás acostumbrado el tiempo que sea necesario. Puede significar las burlas de otros, o tiempos de soledad. Sin embargo la soledad, es un regalo que hace que las grandes cosas sean posibles. Te otorga el espacio que necesitas. Todo lo demás es una prueba a tu determinación.

6. La Negatividad De Los Demás No Es Tu Problema: Sé positivo cuando te rodee la negatividad. Sonríe cuando otros traten de deprimirte. Es una buena manera de mantener tu entusiasmo y concentración. Cuando otras personas no te tratan como lo mereces, sigues siendo tú. Nunca dejes que la amargura de otros cambie la persona que eres. No puedes tomar las cosas de manera personal, aún cuando así lo parezca.

Nunca cambies para impresionar a alguien que te va a decir que no eres lo suficientemente bueno. Cambia porque te hace mejor persona y te guía a un futuro mejor. La gente va a hablar sin importar lo qué hagas o cuán bien lo hagas. Así que preocúpate por ti mismo antes de hacerlo por los demás. Si crees lo suficientemente en algo no temas luchar por eso. La mayor fuerza viene cuando superas lo que otros creían imposible.

7. Lo Que Tiene Que Suceder, Eventualmente Sucederá: La verdadera fuerza viene cuando, aún teniendo razones para llorar y quejarte. Prefieres sonreír y apreciar tu vida. Existen bendiciones en cada lucha, pero tienes que estar dispuesto a abrir tu corazón y tu mente para verlos. No puedes forzar las cosas. Eso sólo logrará volverte loco. Hay un punto en donde debes dejar que las cosas sean, simplemente, como tienen que ser.

8. Lo Mejor Que Puedes Hacer Es Continuar: No tengas miedo de retirarte… tratar de nuevo, amar de nuevo, vivir de nuevo y soñar de nuevo. No dejes que una lección dura amargue tu corazón. Las mejores lecciones de la vida son, casi siempre, aprendidas en los peores momentos y con los peores errores. Habrá momentos en los que parece que todo va mal. Y puede que sientas que estas estancado en esta mala racha, pero no es así. Cuando sientas que quieres renunciar, recuerda que a veces las cosas tienen que ponerse mal antes de mejorar. A veces tienes que pasar por lo peor para llegar a lo mejor.

Sí, la vida es dura, pero tú eres fuerte. No te estreses por las cosas que no puedes cambiar. Vive de manera simple, ama generosamente, habla con la verdad, trabaja diligentemente. Incluso cuando te sientas cansado, sigue adelante…Sigue creciendo.

Cuando despiertes cada mañana haz tu mayor esfuerzo por seguir esta lista:

·         Piense positivamente.
·         Coma Sano.
·         Realiza ejercicio diariamente.
·         Preocúpate menos y disfruta más.
·         Trabaja duro.
·         Sonríe Siempre.
·         Duerme bien.

viernes, 11 de julio de 2014

LA FLOR DE LA HONESTIDAD




Fábula China

Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse.

Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó: "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura" Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz".

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China".

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones, etc. El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.

Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella. Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles"

Maravilloso relato, ¿no? En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido... Somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir "me equivoqué, tienes razón, no sé acerca de esto".

Opinamos sobre todo, juzgamos a todos... la "viveza" se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos... La verdad, la sinceridad, la humildad... no son virtudes exacerbadas en los cartoons para niños, ni en las publicidades para adultos.

Hemos confundido el significado de la palabra ÉXITO.

Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, sin dejar de ser quien soy para quedar bien u obtener resultados... ese ha sido un día de éxito.

Puedes hacer de este, un día exitoso... de ti depende.

Tomado del: El libro de los cuentos por Diego Palma

viernes, 4 de julio de 2014

Las Dos Vasijas



Las Dos Vasijas

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón; pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente; desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada.

Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable, porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habla al aguador diciéndole:

-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente:

-Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del
camino.

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de ella la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces:

-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.

En la vida cada uno de nosotros tiene sus propias grietas personales. Todos a veces somos como vasijas agrietadas y con defectos, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de poder aprovechar nuestros puntos débiles para lograr buenos resultados.

Del Libro de los cuentos por Diego Palma